Los autos presidenciales se han convertido en un símbolo de identidad del jefe de
estado que lo ocupa. Estos vehículos se eligen entre una amplia variedad por lo que demuestran rasgos de la personalidad de los mandatarios.
José Mujica se trasladó durante su presidencia en Uruguay con Volkswagen Escarabajo clásico, mientras que Angela Merkel, presidente de Alemania, lo hace en el auto más seguro que ha fabricado Mercedes-Benz: un modelo S 600-Class con blindaje total.
El ejemplo anterior obedece al contexto del país y a los rasgos que definen al presidente, convirtiéndose el auto en una extensión de su personalidad.
En Estados Unidos, los autos presidenciales tienen su lugar en la historia. El presidente demócrata John Fitzgerald Kennedy murió mientras viajaba en el suyo un fatídico 23 de noviembre de 1963. El modelo era un Lincoln Continental X-100 que contaba con un motor Ford V8 de 350 caballos de fuerza. En su tiempo era considerado lo más novedoso en ingeniería automotriz.
Ahora bien, el hombre que después de su elección se convirtió en la figura más poderosa del mundo, debe tener también el auto más poderoso que se encuentre disponible. Así piensa el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, acerca de cómo debe ser el vehículo que lo transportará por Estados Unidos.
La información oficial referente a sus características es secreto de estado aunque se ha filtrado suficiente información para hacernos una idea de las características que tendrá.
El Cadillac One, llamado así por Air Force One, indicativo que hace referencia a la Fuerza Aérea Norteamericana, , pero con mayores estándares de seguridad.
Proporcionado Por:La Tercera
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